Bradley Wiggins ha retomado la senda del sacrificio. El británo del Sky fue
el mejor en 2012, con la guinda del Tour de Francia y su oro olímpico en
Londres, pero ahora se siente preparado y motivado para nuevos retos. Quiere la
maglia rosa del Giro y ganar su segundo Tour, este año o en el futuro, y quiere
probar la Lieja.
Wiggins debutará en la Challenge de Mallorca para después correr el Tour de
Omán (11-16 febrero), la Volta a Catalunya (18-24 marzo) y el Giro del Trentino
(16-19 abril) antes del Giro de Italia a partir del 4 de mayo. No será la única
novedad ya que debutará en la Lieja (21 abril), según adelanta
L'Equipe.
Wiggins aclara su posición sobre la bicefalia con Froome en el próximo Tour.
"Me encantaría ganar un segundo Tour, y si se me da la oportunidad de tratar de
hacerlo, no necesariamente esta temporada, sería genial, pero lo más probable es
que Chris sea el líder este año. Esto no quiere decir que voy a tirar del grupo
todos los días durante 200 kilómetros para Chris. Estaremos juntos, como él
estuvo conmigo el año pasado en la montaña. Y cualquier cosa le puede pasar a
Chris, caer enfermo, o una caída, como fue mi caso en 2011 (una fractura de
clavícula), cuando nos quedamos sin un líder", explica.
Después de su estupendo 2012 (París-Niza, Romandía, Dauphiné, Tour de Francia
y oro olímpico) se siente con fuerza para más sacrificios. "Por supuesto. Cuando
vine aquí (a Mallorca) en noviembre y diciembre, me sentí renovado rápidamente.
El deseo sigue ahí, no ha desaparecido. Es que ahora tengo metas diferentes. Es
tratar de ganar el Giro, ensayar, esto me mantiene motivado", destaca.
Y aún cree que no ha llegado al máximo de su rendimiento. "Me gusta entrenar,
dar el máximo de mí mismo y quiero probar otras cosas para ver si todavía puedo
ser mejor. Ya han pasado dos años desde que entreno a altas intensidades y Tim
(Kerrison, su entrenador) piensa que todavía podemos mejorar. Esto me anima
mucho. Gané el Tour, pero eso no quiere decir que esté a tope", asegura en el
diario deportivo francés.
Mallorca se ha convertido en su centro de entrenamiento, alejado del foco de
los medios, especialmente británicos. "Es un
ambiente familiar, agradable para trabajar. Siempre venimos aquí a hacer el
trabajo duro. Así que es como si nada hubiera cambiado, a pesar del éxito. Nadie
me llama sir Bradley. (Fue nombrado caballero en diciembre.) Cuando estás aquí,
es por una sola razón, no hay distracción, se entrena todo el día, el masaje, la
comida, la cama. Lo mismo todos los días. Casi todas las mañanas a las 6:00
estoy en el gimnasio de la esquina y nada ha cambiado, sigo siendo la única
persona a esa hora. Es un poco como un boxeador que regresa a la formación en su
habitación antes de una gran pelea", subraya.
Por otra parte, muestra su inquietud sobre la posibilidad de que el ciclismo
deje de ser deporte olímpico tras las últimas revelaciones de Lance Armstrong.
"He visto que el ciclismo podría ser retirado de los Juegos Olímpicos. Sería
increíble. Ahora, lo más importante es lo que nos pase a quienes aún estamos en
el deporte", concluye en L'Equipe.
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