Siete minutos y ocho segundos. La situación habitual de la prueba junior en
el programa de competiciones de un ciclocross internacional -en la mayoría de
casos, a las 11 de la mañana- puede ser perjudicial en invierno, cuando las
bajas temperaturas de primera hora de la mañana convierten una pradera o un
barrizal en un terreno irregular y peligroso, o a menudo beneficiosa cuando el
termómetro no cae bajo cero. Puede que eso explique la excepcional primera
vuelta de Mathieu Van der Poel el pasado sábado en Koksijde: 7.08, seis segundos
mejor que cualquiera de las que, cuatro horas después, pudo marcar Sven Nys para
llevarse idéntico triunfo en la primera parada en Bélgica de la Copa del Mundo
-el teutón Christoph Pfingsten, 7.10 en su segunda vuelta, acabó hundido en 40ª
posición-.
Al principio del invierno se consideró aquí la
alternativa inmediata que Lars van der Haar podía constituir no sólo para la
alternancia entre flamencos, sino también para un CX neerlandés muy tocado desde
que Lars Boom decidió pasarse a la ruta a tiempo casi completo. Dos meses
después, parece aún prematuro considerar a ‘VDH’ referente. Impulsivo hasta
decir basta, le faltan aún hechuras para aguantar en las carreras más duras y,
aunque fue segundo en la Copa del Mundo inaugural de Tabor, sólo volvió a
subirse al podio (3º) en Hamme-Zogge. Restarán uno o dos años aún en que los
Países Bajos mirarán con añoranza al “Lange van Vlijmen”, el último arcoíris
naranja de la historia en Treviso 2008, y a los buenos tiempos de Richard
Groenendaal o Gerben De Knegt.
El último de ambos, que cumplirá 37 años el próximo día 11, se embarcó este
año en una apuesta peculiar: encabezar un equipo, el Orange Babies, patrocinado
por una fundación cuyo principal empeño es dar apoyo en África a mujeres
enfermas de SIDA y embarazadas, a menudo solas y desprotegidas, y a sus
pequeños. Hasta una docena de corredores están a cargo del de Tilburg, hombre
regular durante toda su carrera pero de pocas victorias -dos campeonatos
nacionales y casi veinte triunfos, el último de ellos el pasado año en
Surhuisterveen-, que consiguió ser podio en el GP de la Región Valona en
Dottignies hace pocas semanas, tercero tras Niels Albert y Marcel Meisen. Desde
hace tres años lejos está ya muy lejos de la sombra que fue.
Más prolija fue la carrera de Groenendaal, ahora director de los jóvenes
talentos del Rabobank Offroad. Ocho campeonatos nacionales, dos Copas del Mundo,
dos generales finales del Superprestigio y el inolvidable título mundial en
Sint-Michelsgestel, su pueblo, en 2000 contemplan una trayectoria de leyenda.
Bien pudo superarla Boom, al que se espera este sábado en el Boonen &
Friends benéfico de Mol y que defenderá su título nacional -ya tiene seis entre
los elite- tras correr durante apenas veinte días, con sólo una fecha definida:
Sint-Niklaas, 18 de diciembre.
El futuro ‘oranje’ no se limita a Van der Poel, o tiene más protagonistas que
el hijo de Adrie. Fulgurante junior de segundo año, privilegiado al poder llevar
el arcoíris en una categoría donde lo normal es lograrlo y pasar de inmediato a
sub23, rodó a un ritmo constante alrededor del 7.35 por vuelta en Koksijde en
sus seis vueltas -le endosó 1’35” a su más cercano rival, el belga Quinten
Hermans-, mientras Nys se mantenía cercano al 7.20 en los ocho giros de la
carrera elite.
Extrapolando, siempre con muchas reservas, el ritmo de Mathieu a la
clasificación de los “mayores”, con dos vueltas más, y pasando por alto la mayor
exigencia del trazado en elite por la lluvia, las curvas resbaladizas y las
irregularidades sobre las dunas -tan duro puede ser a veces abrir surco como
intentar sostenerse en pie entre miles de ellos-, Van der Poel se movería en
ritmos de top-ten élite: el mismo Van der Haar rodó sobre esos registros.
Incluso bajando su ritmo a unos lógicos ocho minutos por vuelta, hubiese rozado
el top-20 que cerró el checo Martin Bina -en torno a 7.55 por vuelta durante
casi toda la prueba-. Extraña menos así que lleve trece victorias en trece
carreras este invierno.
Mike Teunissen es el otro nombre a seguir para los próximos tiempos. El
campeón de Europa en Ipswich el pasado día 3 ha dado un importante salto de
calidad este año y acumula otros dos triunfos en Ruddervoorde (Superprestigio) y
Tabor (Copa del Mundo), aunque los circuitos duros se le atragantan: sólo fue
19º en Gavere y 13º en Koksijde. Muchas más dudas sobre su inclinación ofrece
Michiel van der Heijden, segundo el pasado sábado en la CdM tras Wietse Bosmans
-a quien todos apuntan como candidato número uno a todo en el Mundial de
Louisville-. El compañero de Van der Haar fue subcampeón del mundo sub23 de
cross-country en Austria en septiembre, y puestos a elegir, casi siempre se
suele desplazar el fiel de la balanza hacia el BTT.
También está Tijmen Eising, campeón del mundo junior, quien quizá explotó
demasiado pronto. Incluso Corné van Kessel. Alternativas no le faltan a un país
siempre aspirante a ser rival de los flamencos. En Roubaix, la cuarta cita de la
Copa del Mundo sobre el mítico velódromo del Norte francés (domingo, 15h),
veremos tan sólo a Van der Haar -no habrá más categorías que las dos élite-
sobre un circuito que suele ser complicado si acompaña la lluvia. Pero resta aún
lo mejor de este invierno para seguir conociendo a los demás.
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